El condicional es un tiempo bastante
peligroso para conjugar en el lenguaje del deporte, los “sería”, “hubiera”, “estaría”,
son términos bastante imprecisos, reveladores de una posible realidad paralela
que no es, justificando, en la mayoría de las ocasiones, una situación
conformista. Por eso, cuando escucho y leo a muchos periodistas y fanáticos
venezolanos expresar “si la eliminatoria se acabara hoy, Venezuela estaría
en el mundial”… bueno, me disculpan la expresión, pero eso en el argot popular se
llama paja pelúa, es decir, una
masturbación mental alimentando especulaciones sin sentido. Tampoco hay que
irse al otro extremo y ser fatalistas, pero una euforia anticipada puede ser
letal para la mentalidad de los jugadores debido a:
1. La Vinotinto ha dejado puntos en partidos donde no podía ceder
opciones al rival, llámese en Lima contra Perú y como locales contra Chile y
Ecuador; fueron encuentros donde lo preocupante no fue el resultado final, sino
el desarrollo del mismo donde Venezuela mostró serias lagunas defensivas y
pocas variantes tácticas ofensivas, recordemos, no todo puede ser “Dásela a Arango, que él Resuelve”. En este punto, el principal responsable y la
principal fuente de soluciones comienza por el cuerpo técnico encabezado por
César Farías.
2. Ningún rival con tres dedos de frente subestimará a Venezuela, el
cuento de la Cenicienta se acabó, es hora de cumplir con las expectativas.
Ahora tocan plazas como Buenos Aires donde sacar un empate sería un buen
resultado. Argentina viene con cierta sed de revancha, pues, la única derrota
de los albicelestes en el actual proceso de eliminatorias fue en Puerto La Cruz.
3. No se ha ganado nada todavía, la meta está realmente lejos aún,
toca trabajar como obreros y olvidarse de los “hubieras”. La posición en la
tabla hay que mirarla cuando llegue el último partido de las eliminatorias.
Si Venezuela afronta el partido de hoy pensando en empatar, muy probablemente
pierda, si piensa en los tres puntos, también se puede perder, pero las
probabilidades de sacar un buen resultado son mayores si el planteamiento va
más allá de poner el autobús alrededor de Dani Hernández. Nuestros futbolistas
deben jugar con el mayor orden táctico posible y sin miedo. Si se gana o se
empata, no debe hablarse de “sorpresa”, pues la Vinotinto es capaz de eso y más…
si se pierde estaría en los cálculos lógicos, la diferencia está en la forma,
en el cómo, es decir, en la mentalidad que tenga el cuerpo técnico y cada uno
de los jugadores.
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