domingo, 6 de diciembre de 2015

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--the Open Garden team

miércoles, 14 de octubre de 2015

Retroceso

       Si Brasil como país transcurre por su momento más pesimista en las últimas décadas y su selección de fútbol está sumida en la mediocridad total, Venezuela se encargó de liberarles de la tensión con un (otro más) regalo que terminó en gol a los 35 segundos de juego. Seamos claros: la Vinotinto no va pa’l baile debido a dos razones tan simples como contundentes: no tienen juego asociado y cometen errores infantiles en defensa.  

     Esto no es un análisis, es una simple descripción de la selección venezolana: no hay variantes ofensivas, la presión es tibia y desordenada, no hay un estilo de juego claro, la idea del cuerpo técnico no ha sido asimilada por los futbolistas (después de 15 partidos entre amistosos y oficiales) y, además, la Vinotinto ha perdido el orden táctico que al menos presentó en la mayoría de los partidos del ciclo de César Farías.  

     Un retroceso total.  

     Se sabía que la vida después de Arango sería muy dura, pero la forma (0 puntos en dos partidos de eliminatorias), el fondo (¿a qué juega la Vinotinto?) y los regalos a los rivales superados en los ciclos de Richard Páez y de Farías (sin ser estrictos, 3 de los 4 goles en contra en estas eliminatorias son producto de obsequios venezolanos), dejan sin esperanza hasta al más optimista de los fanáticos de Venezuela. Las estadísticas son frías, especialmente si nos enfocamos en los quince partidos disputados bajo la dirección de Noel San Vicente: 14 goles a favor, 27 goles en contra, 4 partidos ganados (1 oficial), 2 empates y 10 derrotas.  

     ¿Solución?  

     Un técnico extranjero tipo Bielsa o Ferreti que seguramente por cobrar mucha plata no garantizarán los resultados, al menos dotará a la Vinotinto de una identidad y un estilo de juego claro. Ya se ha probado con todos los técnicos locales posibles, es hora de dar el siguiente paso para poder seguir creciendo.

viernes, 9 de octubre de 2015

Nuevo Proceso, ¿Los Mismos Errores?

    La Vinotinto regaló tres puntos a selección que vino descaradamente a empatar, el mayor mérito de los paraguayos fue aguantar firmemente en defensa los ataques poco precisos de su rival y aprovechar el grosero error de Vizcarrondo. No existe otra lectura posible.  

     Lamentablemente para el seleccionador venezolano, Noel “Chita” San Vicente, el 0-1 en contra representa un inicio bastante negativo a pesar de que sus apuestas personales, Franklin Lucena como defensa central para tener mejor manejo desde atrás y Gabriel Cíchero como lateral izquierdo, salieron bastante bien. Aclaro: no tengo nada en contra de Cíchero, solamente me parece que su nivel de juego en los últimos tres años ha venido claramente en una curva descendente.  

     He leído y escuchado bastantes análisis en medios venezolanos donde afirman que Venezuela dominó el partido, sin embargo, tal “dominio” es una ilusión, pues siempre se jugó de la forma prediseñada por los guaraníes y la posesión de balón de la Vinotinto resultó insulsa durante muchos parajes del encuentro, el mejor ejemplo de esto fue ver a Salomón Rondón bajando a recibir balones hasta la media cancha porque nunca recibió una pelota entregada de forma decente en el área o un centro para aprovechar su poderío aéreo; más allá de algunas jugadas puntuales de Jeffren Suárez (excelente presentación, por cierto) o de Luis Manuel Seijas, al conjunto venezolano le sigue faltando fluidez ofensiva. La vida después de Arango es muy dura.  

¿En cuáles aspectos puede mejorar la Vinotinto?  

     Obviamente, el primer punto es no volver a cometer errores infantiles en defensa que mandan al infierno todo el trabajo táctico entrenado en los días previos y el esfuerzo colectivo durante un partido. Si Venezuela se defiende a un nivel cercano a la perfección, probablemente tendrá opciones de sacar algo positivo en su próximo encuentro en Brasil, especialmente si pueden ser precisos cuando tengan la posesión del balón. ¿Muy difícil?, sí, más no imposible.    Por último, otro elemento clave para el crecimiento de la Vinotinto (actualmente el más distante de alcanzar gracias a la política de la Federación Venezolana de Fútbol) será la elección de mejores sedes para los partidos como local. El estadio CTE Cachamay es una buena instalación y el césped está aceptable, sin embargo, la influencia del público es imperceptible. Nunca debe dudarse de la presión ejercida por el jugador número doce, en las otras naciones suramericanas el patio propio es sagrado y así te lo hacen saber. Probablemente, de disputarse los encuentros en localidades como Caracas, Barquisimeto o el mismo Pueblo Nuevo la implicación y aliento de la hinchada sería mucho más notorio, pero por imposición de las autoridades debido a los cánticos anti-gubernamentales esas sedes han sido descartadas sistemáticamente, especialmente las del centro del país.  

     El momento más importante en la vida es el presente, pero si no se aprende de los errores del pasado, el sueño mundialista de Venezuela quedará para Qatar 2022… o más lejano todavía.