miércoles, 14 de octubre de 2015

Retroceso

       Si Brasil como país transcurre por su momento más pesimista en las últimas décadas y su selección de fútbol está sumida en la mediocridad total, Venezuela se encargó de liberarles de la tensión con un (otro más) regalo que terminó en gol a los 35 segundos de juego. Seamos claros: la Vinotinto no va pa’l baile debido a dos razones tan simples como contundentes: no tienen juego asociado y cometen errores infantiles en defensa.  

     Esto no es un análisis, es una simple descripción de la selección venezolana: no hay variantes ofensivas, la presión es tibia y desordenada, no hay un estilo de juego claro, la idea del cuerpo técnico no ha sido asimilada por los futbolistas (después de 15 partidos entre amistosos y oficiales) y, además, la Vinotinto ha perdido el orden táctico que al menos presentó en la mayoría de los partidos del ciclo de César Farías.  

     Un retroceso total.  

     Se sabía que la vida después de Arango sería muy dura, pero la forma (0 puntos en dos partidos de eliminatorias), el fondo (¿a qué juega la Vinotinto?) y los regalos a los rivales superados en los ciclos de Richard Páez y de Farías (sin ser estrictos, 3 de los 4 goles en contra en estas eliminatorias son producto de obsequios venezolanos), dejan sin esperanza hasta al más optimista de los fanáticos de Venezuela. Las estadísticas son frías, especialmente si nos enfocamos en los quince partidos disputados bajo la dirección de Noel San Vicente: 14 goles a favor, 27 goles en contra, 4 partidos ganados (1 oficial), 2 empates y 10 derrotas.  

     ¿Solución?  

     Un técnico extranjero tipo Bielsa o Ferreti que seguramente por cobrar mucha plata no garantizarán los resultados, al menos dotará a la Vinotinto de una identidad y un estilo de juego claro. Ya se ha probado con todos los técnicos locales posibles, es hora de dar el siguiente paso para poder seguir creciendo.

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