El fútbol no da respiro, no hay
tiempo para relajarse, la presión de obtener resultados favorables siempre está
presente, cada partido es un examen; en el caso de la Vinotinto, contra
Colombia se viene una prueba de fuego. Del encuentro anterior en Buenos Aires
quedó una mala sensación, no solo por el 3-0 en contra, sino porque Venezuela
evidenció una vez más pocas variantes tácticas; sería más fácil escudarse en
excusas tipo “es que Argentina tiene al mejor jugador del mundo”, pero no, la
cuestión es más simple aún: Venezuela va a los juegos sin un Plan B.
Después del enfrentamiento con la albiceleste, Oswaldo Vizcarrondo declaró “el
partido estuvo muy equilibrado hasta que nos marcaron el primer gol..." o sea, ¿si se recibe un gol entonces ya se perdió el encuentro?. La Vinotinto
arrancó el encuentro cerrando todos los espacios por el medio y custodiando muy
rigurosamente a Messi, pero al D.T. Sabella le bastó únicamente con abrir la
cancha y jugar por las bandas para desordenar todo el planteamiento inicial de
Farías y de allí en adelante “la pulga” hizo lo que quiso cuando quiso. Lo más grave
es que Venezuela solo llevó el Plan A (mantener el empate a cero) pues no hubo
un escenario prediseñado en caso de ir perdiendo 1-0 ó 2-0… nada diferente,
ninguna variable, sin formas de agredir al rival. La segunda parte sobró,
las dos ocasiones de gol generadas por la Selección Nacional fueron
consecuencia de la relajación de los australes.
César Farías. Imagen tomada de 6topoder.com |
Esto no
solo sucedió contra Argentina, en Quito contra Perú y en Puerto La Cruz
contra Ecuador, ganando en ambos casos por 1-0 en el primer tiempo, Venezuela
no supo manejar el resultado y comenzó a desordenarse apenas los técnicos
contrarios decidieron modificar los esquemas de sus conjuntos. Por eso, el
primer responsable de todas las dificultades del juego venezolano es César
Farías, pues de él depende el acomodo y el orden de nuestros futbolistas a
medida que transcurre el encuentro. Tal cual como sucede en la naturaleza:
adaptarse o morir.
Ahora toca ganarle a Colombia, una
selección que viene en muy buena racha, con futbolistas de primer nivel en
todas sus líneas y un técnico excelente en José Pekerman. Venezuela debe apelar
como siempre, a su Plan A, el cual consiste en mantener el orden defensivo y
aprovechar la fortaleza de nuestros atletas en las jugadas de balón detenido, no obstante, sino se tienen previstas
otras variantes tácticas ofensivas para agredir al rival y para adaptarse a los
cambios que pudiesen implementar los cafeteros durante el encuentro, me temo
que nuestras probabilidades de ganar se reducen. La capacidad de nuestros
futbolistas está fuera de cualquier duda, falta saber si Farías puede dejar a
un lado su arrogancia habitual e innovar tácticamente para asegurar un buen
resultado.
Hay que ganar sí o sí.
¡Vamos Vinotinto!
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