César Farías y Rafel Esquivel. Imagen tomada de globovision.com |
Cuando
se tiene un blog con temas deportivos tiende a ser desagradable hablar de
política, pero, dadas las circunstancias, es imposible no salpicarse con el
tema cuando todo lo relacionado con el balompié venezolano está embarrado por
la corrupción existente en la Federación Venezolana de Fútbol. El pasado 9 de
octubre, el diario Líder en Deportes publicó unos comentarios del ex futbolista
paraguayo José Luis Chilavert en los
cuales atacaba duramente a algunos dirigentes de la CONMEBOL, en especial a
Rafael Esquivel, “no puede ser que el presidente de la federación (FVF) gane
más dinero que los clubes... cada día los clubes están más pobres, mientras los
que manejan CONMEBOL son multimillonarios”. El otrora arquero paraguayo señaló además
poseer pruebas que respaldan sus palabras y que en algún momento Esquivel
deberá comparecer ante la justicia (¿?). Espere
sentado.
Antes
de comprobar la veracidad de las declaraciones de Chilavert, el DT de la
Vinotinto, César Farías ha salido a
defender a los directivos de la FVF diciendo “solo está tratando de calentar el
partido” (Venezuela – Paraguay por la última fecha de las eliminatorias
suramericanas). En Venezuela, solamente los más fieles seguidores del
oficialismo son capaces de negar la tragedia que vive nuestro deporte, comenzando
por el Ministerio y llegando hasta las instalaciones deportivas de muchos
pueblos y caseríos del país (Bejuma, estado Carabobo, donde resido actualmente,
es un vivo ejemplo de ello). Por supuesto, la FVF no está exenta del desastre:
Esquivel se ha perpetuado en su cargo durante más de una década, la federación
no rinde cuentas de ningún tipo y nadie sabe cómo se distribuyen los ingresos
por publicidad y de derechos de transmisión en radio y televisión.
César
Farías forma parte de la gran montaña de excrementos que es nuestro fútbol. Una
federación corrupta no puede mantener una liga decente que provea
constantemente a la selección mayor con jugadores de calidad. No se puede
defender lo indefendible. Si por algún milagro la Vinotinto llegase a
clasificar al mundial, se verá a todo el aparato propagandístico gubernamental llenándose la boca con su típico “por primera
vez y gracias al apoyo del Gobierno Bolivariano”, cuando fue Empresas Polar
quienes se comieron las verdes durante más de dos décadas cuando Venezuela era la
sopita del fútbol suramericano, hasta hace cuatro años cuando se impuso a PDVSA
como el nuevo sponsor de la selección, así la “Vinotinto somos todos”… pura
paja de la buena.
Al
final, quienes pagan los platos rotos no son los directivos de la federación,
ni el seleccionador con su cuerpo técnico, pues ellos continuarán ganando
muchísimo dinero a costa de las ilusiones rotas de millones de fanáticos
venezolanos.