Desde hace varias semanas vengo
recibiendo recomendaciones de varios de mis amigos y familiares referentes a
los temas de Fanaticada Tóxica, específicamente sobre escribir más sobre el fútbol
nacional y menos sobre el europeo; la frase más frecuente ha sido “ellos no se
preocupan por nosotros”. Tienen toda la razón del mundo. Sin embargo, no es
fácil conseguir información debido a la escasez de datos relevantes
proporcionados por la
Federación Venezolana de Fútbol – principalmente en cuanto a
rendición de cuentas – y la mayoría de los clubes presentan serios problemas
para mantenerse económicamente. La
FVF (al igual que la mayoría de las instituciones en
Venezuela) está contaminada por la politiquería, es prácticamente imposible
conseguir cifras fidedignas sobre el flujo de capital, por ejemplo: ¿por qué se
ha tardado tanto en completar la construcción del Centro de Alto Rendimiento en
Margarita?, ¿cuánto dinero percibe cada club por la negociación de los derechos
televisivos?, ¿se aplica el reglamento interno para elegir las autoridades de
la federación?... Además, es imposible olvidarse del Caso de rescisión de
contrato con las Empresas Polar, si bien es cierto que (según el argumento de
la federación) Venezuela ha escalado en el ranking de la FIFA y había que renegociar los
montos, no es motivo suficiente para romper el contrato unilateralmente con una
empresa que se “chupó las verdes” cuando la Vinotinto estaba en un nivel
muy mediocre. También es verdad que el nuevo patrocinante, BBVA, ofrece bastante
más dinero (13 millones de bolívares por año), pero a muchos venezolanos les ha
quedado la sensación de ser una decisión política.
Existen otros factores incidiendo de
distintas maneras sobre el crecimiento de nuestro fútbol: 1) La mayoría de los
estadios no está en condiciones óptimas, lo cual le resta nivel técnico y estético
al deporte. 2) El béisbol sigue siendo el deporte favorito de los venezolanos,
incluso el baloncesto ha tenido más tradición. 3) Muchos clubes no tienen el
nivel adecuado para un equipo de primera división, derivando en muchos partidos
con poca calidad y una merma en el nivel competitivo; recordemos, en 2007 se aumentó
el número de equipos participantes en la primera división de 10 a 18, en este caso la
cantidad no significa calidad. Viendo éste panorama, no sorprende entonces
el pobre desempeño de los equipos venezolanos en la Copa Libertadores en la mayoría
de sus ediciones (más allá del ventajismo que siempre obtienen los clubes
argentinos, brasileños y uruguayos); igualmente, es evidente el bajo nivel
de competencia por cada uno de los puestos de la selección mayor, la Vinotinto tiene
aspiraciones y posibilidades reales de asistir por primera vez a un mundial,
pero todavía contamos con pocos jugadores de primer nivel en las mejores ligas
europeas.
El
camino la evolución de nuestro deporte es el crecimiento de la liga
venezolana, debemos surgir como país, crecer como sociedad para generar un buen
clima de confianza, renovar la
FVF , incentivar la inversión privada para atraer más
patrocinantes y apoyar iniciativas como la de Adopta tu Equipo pensadas en
vincular más a los venezolanos con clubes locales. Cachamay dio el ejemplo el
pasado 6 de mayo, con una asistencia record de 45.673 espectadores en el
partido que enfrentó a Mineros contra el CD Lara. Esperemos que en un futuro
cercano este tipo de noticias sean las habituales.
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