martes, 8 de mayo de 2012

Economía en el Fútbol (I): Caso Venezuela



Desde hace varias semanas vengo recibiendo recomendaciones de varios de mis amigos y familiares referentes a los temas de Fanaticada Tóxica, específicamente sobre escribir más sobre el fútbol nacional y menos sobre el europeo; la frase más frecuente ha sido “ellos no se preocupan por nosotros”. Tienen toda la razón del mundo. Sin embargo, no es fácil conseguir información debido a la escasez de datos relevantes proporcionados por la Federación Venezolana de Fútbol – principalmente en cuanto a rendición de cuentas – y la mayoría de los clubes presentan serios problemas para mantenerse económicamente. La FVF (al igual que la mayoría de las instituciones en Venezuela) está contaminada por la politiquería, es prácticamente imposible conseguir cifras fidedignas sobre el flujo de capital, por ejemplo: ¿por qué se ha tardado tanto en completar la construcción del Centro de Alto Rendimiento en Margarita?, ¿cuánto dinero percibe cada club por la negociación de los derechos televisivos?, ¿se aplica el reglamento interno para elegir las autoridades de la federación?... Además, es imposible olvidarse del Caso de rescisión de contrato con las Empresas Polar, si bien es cierto que (según el argumento de la federación) Venezuela ha escalado en el ranking de la FIFA y había que renegociar los montos, no es motivo suficiente para romper el contrato unilateralmente con una empresa que se “chupó las verdes” cuando la Vinotinto estaba en un nivel muy mediocre. También es verdad que el nuevo patrocinante, BBVA, ofrece bastante más dinero (13 millones de bolívares por año), pero a muchos venezolanos les ha quedado la sensación de ser una decisión política.

            Existen otros factores incidiendo de distintas maneras sobre el crecimiento de nuestro fútbol: 1) La mayoría de los estadios no está en condiciones óptimas, lo cual le resta nivel técnico y estético al deporte. 2) El béisbol sigue siendo el deporte favorito de los venezolanos, incluso el baloncesto ha tenido más tradición. 3) Muchos clubes no tienen el nivel adecuado para un equipo de primera división, derivando en muchos partidos con poca calidad y una merma en el nivel competitivo; recordemos, en 2007 se aumentó el número de equipos participantes en la primera división de 10 a 18, en este caso la cantidad no significa calidad. Viendo éste panorama, no sorprende entonces el pobre desempeño de los equipos venezolanos en la Copa Libertadores en la mayoría de  sus ediciones (más allá del ventajismo que siempre obtienen los clubes argentinos, brasileños y uruguayos); igualmente, es evidente  el bajo nivel de competencia por cada uno de los puestos de la selección mayor, la Vinotinto tiene aspiraciones y posibilidades reales de asistir por primera vez a un mundial, pero todavía contamos con pocos jugadores de primer nivel en las mejores ligas europeas.

El camino la evolución de nuestro deporte es el crecimiento de la liga venezolana, debemos surgir como país, crecer como sociedad para generar un buen clima de confianza, renovar la FVF, incentivar la inversión privada para atraer más patrocinantes y apoyar iniciativas como la de Adopta tu Equipo pensadas en vincular más a los venezolanos con clubes locales. Cachamay dio el ejemplo el pasado 6 de mayo, con una asistencia record de 45.673 espectadores en el partido que enfrentó a Mineros contra el CD Lara. Esperemos que en un futuro cercano este tipo de noticias sean las habituales.

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