Llegó el partido clave, la hora de la verdad, partido de segunda ronda a falta de cuatro jornadas para el final en la LFP, quedarán sólo doce puntos en juego después del partido de mañana entre Barcelona y Real Madrid. Ambos bandos han adoptado discursos conservadores, por un lado, en la casa blanca han asegurado que el futuro de la liga no depende directamente de este partido (lo cual es teóricamente cierto), pero todos sabemos que si el Madrid pierde estará al borde de la autodestrucción; por el otro lado están los ‘Pep Boys’, ganadores de todo (ya para ellos eso es pasado) pero inconformes por naturaleza, aún sabiendo que están realizando una temporada fantástica y que ya son parte de la historia dorada del fútbol mundial, no van a regalarle ni un milímetro a su máximo rival, tienen además un ingrediente extra para alimentar (si cabe) aún más su leyenda: una remontada épica.
Guardiola, cauto como casi siempre, expresa - suena más a hipocresía que a prudencia - con certeza “esta liga no la vamos a ganar”, “los partidos anteriores no cuentan”, tal vez con el objetivo subliminal de hacer picar a sus diriguidos. Él, culé desde que fue concebido, sabe bien que el mayor placer de un barcelonista es producirle impotencia a los madridistas y en eso Pep tiene un doctorado. Para mí el Barcelona afronta éste encuentro con mucho por ganar y poco que perder. En cambio, Mourinho ha demostrado ser un poco miedoso cuando las situaciones se tornan difíciles; desde Madrid, los fanáticos y analistas ruegan por un partido a “pecho descubierto” contra el Barcelona… no lo creo, el técnico portugués es muy pragmático y sabedor de que el empate le sirve es muy probable que se decante por un planteamiento conservador con “tribotes” y al contagolpe de CR7… ojalá sorprenda y plantee el encuentro con una actitud similar al último en la Copa del Rey, porque si sale a buscar el empate, probablemente se lleve una goleada en contra. Es más, el Madrid puede perder, pero se verá muy feo si pierden con el rabo entre las piernas y no por salir a buscar el resultado (tal cual como les ocurrió el martes pasado contra el Bayern).
Mourinho está a sólo cinco partidos de completar el “Grand Slam” de las principales ligas de Europa, lo cual lo convertirá en inmortal en el mundo del fútbol, pero si no es capaz de sobrellevar la presión y se cohibe por el miedo, al final de la presente temporada sólo habrá un “Gran Fracaso”.
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