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| Imagen de Reuters |
Cuando la mayoría de analistas (incluido yo) y fanáticos madridistas señalaban la táctica de presión alta y posesión como única manera de ganarle al Barsa, Mourinho fue fiel a su libro, planteó un partido práctico, de orden milimétrico, presionando por momentos, con máxima precaución sobre la creación azulgrana y marca escalonada sobre Messi (al más puro estilo de la Vinotinto). El Barsa se vio reducido a solo 3 ocasiones claras de gol, es más, su anotación fue una carambola, una jugada "sucia". Me sorprenden algunos periodistas como C. Pulina (a quien respeto bastante) señalando que el resultado es más demérito del Barsa que acierto del Madrid. Excusas de mal perdedor. Los blancos lograron neutralizar toda la creación catalán y fueron contundentes. Se cumplió la "teoría del contragolpe", el Barcelona era el único equipo que no había sucumbido ante el ataque relámpago del Madrid desde la llegada del técnico portugués.
Los argumentos catalanes son excusas de mal perdedor porque también podríamos hablar que en partidos anteriores (como los dos de la supercopa, el de primera ronda de liga y la vuelta de la Copa del Rey) el Madrid no ganó debido a sus fallos de cara al gol, pero no fue así, todo el mundo alavó el juego del Barcelona. Antes del clásico Xabi Hernández declaró "la única manera de ganarle al Barsa es quitarles la pelota o trucar el juego", evidencia la prepotencia del derrotado, porque ni el Chelsea ni el Madrid les jugaron sucio y, a diferencia de Cech, Casillas apenas tuvo trabajo.
Hubo reivindicación blanca en muchos aspectos: Mou por fin pudo ganar en Camp Nou, le ganó la batalla táctica a Guardiola; CR7 calló a sus críticos sentenciando el partido con un gol que bien puede valer la liga; Pepe y Sergio Ramos hicieron un partido perfecto, Khedira, Xabi Alonso Y Özil superaron claramente al mediocampo catalán; Arbeloa y Coentrao justificaron su presencia y la confianza de su entrenador al mantenerse firmes en defensa durante todo el encuentro. Ganó el Madrid, sentenció la Liga en campo del máximo rival sin dejar lugar a dudas, silenciando a los detractores del conjunto merengue... sin derecho a queja.
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